El Nombre de Dios

Nunca es demasiado repetir que la conciencia es la única realidad, porque esta es la verdad que libera al ser humano.  

Este es el fundamento sobre el cual yace toda la estructura de la literatura bíblica. Las historias de la Biblia son todas revelaciones místicas escritas en un simbolismo oriental que revela al intuitivo los secretos de la creación y la fórmula de escape. La Biblia es el intento del individuo por expresar en palabras la causa y la manera de creación. Él descubrió que su conciencia era la causa o creador de su mundo, entonces procedió a contar la historia de la creación en una serie de historias simbólicas, conocidas por nosotros hoy en día como la Biblia.

Para entender este grandioso libro, tú necesitas un poco de inteligencia y mucha intuición —suficiente inteligencia que te permita leer el libro y suficiente intuición para interpretar y entender lo que lees.

Te preguntarás por qué la biblia fue escrita simbólicamente. ¿Por qué no fue escrita de manera clara y simple para que todos quienes la lean puedan entenderla? Ante estas preguntas yo respondo que todas las personas hablan simbólicamente a esa parte del mundo que difiere del suyo. 

El lenguaje de Occidente es claro para nosotros los occidentales, pero es simbólico para los orientales; y viceversa. Un ejemplo de esto lo encontramos en esta instrucción del oriental: “Y si tu mano te ofende, córtala” (Marcos 9: 43). Él habla de la mano, no como la mano del cuerpo, sino como cualquier forma de expresión, y con ello te advierte que te apartes de esa expresión en tu mundo que te resulta ofensiva. Al mismo tiempo, las personas de Occidente, sin ninguna intención, podrían confundir a las de Oriente diciendo: “Este banco está en las rocas”. Porque la expresión “en las rocas”, para el occidental, equivale a “bancarrota; quiebra”; mientras que una roca para un Oriental es un símbolo de fe y seguridad. 

“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre roca” (Mateo 7: 24-25).

Para entender realmente el mensaje de la Biblia debes tener en cuenta que fue escrita por la mente Oriental y, por lo tanto, no puede ser tomada literalmente por los habitantes Occidentales. Biológicamente, no existe diferencia entre Oriente y Occidente. El amor y el odio son iguales; el hambre y la sed son iguales; la aspiración y el deseo son iguales; pero la técnica de expresión es enormemente diferente. 

Lo primero que debes descubrir, si quieres desvelar el secreto de la Biblia, es el significado del nombre simbólico del creador, el cual es conocido por todos como Jehová. Esta palabra “Jehová” está compuesta por cuatro letras hebreas —Yod He Vau He. Todo el secreto de la creación está escondido en este nombre.

La primera letra, Yod, representa el estado absoluto o conciencia incondicionada; el sentido de conciencia indefinida; esa total integración de la cual proviene toda la creación o estados de conciencia condicionados.  

En la terminología de hoy, Yod es: Yo Soy, o conciencia incondicionada.

La segunda letra, He, representa el único Hijo engendrado, un deseo, un estado imaginado. Simboliza una idea; un estado subjetivo definido o imagen mental clarificada.

La tercera letra, Vau, simboliza el acto de unificar o juntar al que concibe (Yod), la conciencia que desea con la concepción (He), el estado deseado, de modo que el que concibe y la concepción se convierten en uno.

Fijar un estado mental, definirte conscientemente como el estado deseado, impresionar en ti mismo el hecho de que ahora eres aquello que has imaginado o concebido como tu objetivo, es la función de Vau. Clava o une la conciencia que desea con la cosa deseada. El proceso de cementar o unir es logrado subjetivamente al sentir la realidad de aquello que todavía no ha sido materializado.

La cuarta letra, He, representa la materialización de este acuerdo subjetivo. El Yod He Vau, hace al ser humano o al mundo manifestado (He), a imagen y semejanza de sí mismo, el estado subjetivo consciente. Entonces, la función de la He final es la de atestiguar objetivamente el estado subjetivo: Yod He Vau.  

La conciencia condicionada continuamente está manifestándose a sí misma en la pantalla del espacio. El mundo es la imagen y semejanza del estado consciente subjetivo que lo creó.  

El mundo visible no puede hacer nada por sí mismo; solo da testimonio de su creador, el estado subjetivo.  Es el Hijo visible (He) dando testimonio de su invisible Padre, Hijo y Madre —Yod He Vau—  una Santa Trinidad que solo puede ser vista cuando se hace visible como ser humano o manifestación. 

Tu conciencia incondicionada (Yod) es tu Yo Soy que visualiza o imagina un estado deseado (He), y luego se hace consciente de ser ese estado imaginado al sentir y creer ser el estado imaginado. La unión consciente entre tú que deseas y aquello que deseas ser, se hace posible a través del Vau, o tu capacidad de sentir y creer.

Creer es simplemente vivir en el sentimiento de realmente ser el estado imaginado —asumiendo la conciencia de ser el estado deseado. El estado subjetivo simbolizado como Yod He Vau se materializa, entonces, como He, completando así el misterio del nombre del creador y su naturaleza, Yod He Vau He (Jehová).

Yod, es ser consciente; He, es ser consciente de algo; Vau, es ser consciente como, o ser consciente de ser aquello de lo que solo eras consciente. El segundo He es tu mundo visible materializado que está hecho a imagen y semejanza del Yod He Vau, o aquello de lo que eres consciente de ser.  

“Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1: 26).

Hagamos, Yod He Vau, la manifestación objetiva, (He), a nuestra imagen, la imagen del estado subjetivo.

El mundo es la semejanza manifestada del estado consciente subjetivo en el que habita la conciencia.    

Esta comprensión de que la conciencia es la única realidad es el fundamento de la Biblia.

Las historias de la Biblia son intentos por revelar los secretos de la creación en lenguaje simbólico, así como también, mostrar a las personas la única fórmula para escapar de todas sus propias creaciones. 

Este es el verdadero significado del nombre Jehová, el nombre por el cual todas las cosas son hechas, y sin el cual nada de lo que ha sido hecho fue hecho (Juan 1: 3).

Primero, tú eres consciente. Luego, te haces consciente de algo. Después, te haces consciente de ser aquello de lo que eras consciente. Entonces, contemplas objetivamente aquello que eres consciente de ser.

¡ Suscríbete a nuestro blog!

¡Regístrate para recibir contenido en tu correo electrónico!

We don’t spam! Read our privacy policy for more info.