La Ley de la Creación

Tomemos una de las historias de la Biblia y veamos cómo los profetas y escritores antiguos revelaron la historia de la creación mediante este extraño simbolismo oriental.

Todos conocemos la historia del Arca de Noé; que Noé fue elegido para crear un nuevo mundo después de que el mundo hubiera sido destruido por el diluvio.  

La Biblia nos cuenta que Noé tenía tres hijos, Sem, Cam y Jafet (Génesis 6: 10).

El primer hijo es llamado Sem, que significa nombre. Cam, el segundo hijo, significa cálido, vivo. El tercer hijo se llama Jafet, que significa extensión. Observarás que Noé y sus tres hijos, Sem, Cam y Jafet, contienen la misma fórmula de la creación, como la contiene el nombre divino: Yod He Vau He.  

Noé, el Padre, el que concibe, el constructor del nuevo mundo, es equivalente al Yod, o conciencia incondicionada, Yo Soy. Tu deseo es Sem, aquello de lo que eres consciente, aquello que nombras y defines como tu objetivo, y es equivalente a la segunda letra en el nombre divino (He). Cam es el estado cálido y vivo de los sentimientos, lo cual unifica o junta la conciencia que está deseando y la cosa deseada y, por lo tanto, es equivalente a la tercera letra en el nombre Divino, Vau. El último hijo, Jafet, significa extensión, es el estado extendido o materializado dando testimonio del estado subjetivo y es equivalente a la última letra del nombre divino, HE.

Tú eres Noé, el conocedor, el creador. La primera cosa que engendras es una idea, un anhelo, un deseo, la palabra, o tu primer hijo, Sem (nombre).   

Tu segundo hijo, Cam (cálido, vivo) es el secreto del sentimiento mediante el cual te unes subjetivamente a tu deseo para que tú, la conciencia deseando, te hagas consciente de ser o poseer la cosa deseada.

Tu tercer hijo, Jafet, es la confirmación, la prueba visible de que conoces el secreto de la creación. Él es la extensión, o el estado manifestado, dando testimonio del estado invisible o subjetivo en el que permaneces. 

En la historia de Noé se registra que Cam vio los secretos de su Padre (Génesis 9: 22), y, a causa de su descubrimiento, fue obligado a servir a sus hermanos, Sem y Jafet (Génesis 9: 25). Cam, o sentimiento, es el secreto del Padre, tu Yo Soy, porque a través del sentimiento la conciencia que desea se une a la cosa deseada. 

La unión consciente o matrimonio místico solo es posible a través del sentimiento. Es el sentimiento el que realiza esta unión celestial del Padre y el Hijo, Noé y Sem, la conciencia incondicionada y la conciencia condicionada.

Al realizar este servicio, el sentimiento automáticamente sirve a Jafet, el estado extendido o expresado, porque no puede haber expresión materializada a menos que primero haya una impresión subjetiva.

Sentir la presencia de la cosa deseada, reconocer subjetivamente un estado impresionando en ti mismo, a través del sentimiento, un estado consciente definido, es el secreto de la creación.

Tu presente mundo materializado es Jafet, el cual se hizo visible por Cam. Por lo tanto, Cam sirve a sus hermanos, Sem y Jafet, pues sin el sentimiento simbolizado en Cam, la idea o cosa deseada (Sem) no podría hacerse visible como Jafet. 

La capacidad de sentir lo invisible, la capacidad de realizar y hacer realidad un estado subjetivo definido, a través del sentimiento, es el secreto de la creación, el secreto por el cual la palabra o el deseo invisible es hecho visible, es hecho carne (Juan 1: 14). “Y Dios llama a las cosas que no son, como si fueran” (Romanos 4: 17).

La conciencia llama a las cosas que no son como si fueran. Lo hace, primero, definiéndose como aquello que desea expresar, y segundo, permaneciendo dentro del estado definido hasta que lo invisible se hace visible.

Aquí está el funcionamiento perfecto de la ley, de acuerdo a la historia de Noé. En este preciso momento tú eres consciente de ser. Esta conciencia de ser, este saber que eres tú, es Noé, el creador. 

Ahora, con la identidad de Noé establecida como tu propia conciencia de ser, nombra algo que te gustaría poseer o expresar; define algún objetivo (Sem), y con tu deseo claramente definido, cierra los ojos y siente que ya lo tienes o que ya lo estás expresando.

No preguntes cómo puede hacerse; simplemente siente que ya lo tienes. Asume la actitud mental que tendrías si ya estuvieras en posesión de aquello, para que sientas que ya está hecho.  Sentir es el secreto de la creación. Sé tan sabio como Cam y descubre que tú también puedes tener la alegría de servir a tus hermanos, Sem y Jafet; la alegría de encarnar la palabra o el nombre. 

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