Recordándose a Sí Mismo



¿Tienes una meta en la vida? ¿Un objetivo para ti? Si lo tienes, empieza ahora a elevarte a ese nivel mediante el acto de recordarse. No trates de ser un hombre o una mujer mejor, sino que trasciende tu nivel actual del ser siendo mejor en algo. Tu objetivo debe ser tan importante que no puedas olvidarlo y tu hambre por su exteriorización tan intensa, que no puedas dejar ir el pensamiento hasta que se haya materializado en la carne.

Las Escrituras nos dicen: “Muchos son los llamados, pero pocos los elegidos.” La palabra “elegidos” significa separar; elegir; decidir”. Todos los días se te ofrece la oportunidad de elegir una nueva idea; entrar en un nuevo estado desde el cual pensar y sentir. Innumerables emociones y pensamientos son tuyos para llamarlos, pero en el objetivo con el cual es identificado tu deseo, sólo unas pocas emociones y pensamientos son los elegidos. Comienza a elevarte en tu interior, dejando ir tus anteriores creencias y restricciones. Elige los pensamientos y las emociones que deseas expresar y entra en tu deseo a través del acto de sentir.

En el capítulo 11 de Marcos, se les dijo a dos discípulos: “Vayan a la aldea, en el camino encontrarán un burro atado, en el cual nadie se ha montado. Desátenlo y tráiganmelo. Si alguien les pregunta ‘¿Por qué hacen esto?’ digan que el Señor lo necesita. Ellos le llevaron el burro, él lo monto y se dirigió a la ciudad de Jerusalén “.

Ahora, el animal que se encuentra en cada camino no es un asno o un burro sino la emoción permanente y predominante del individuo. Deseando expresar una emoción nueva, puede que te resulte difícil de montar. Pero siempre encontrarás tus emociones atadas a los caminos de la vida. Si nunca te has sentido seguro antes, puede que no seas capaz de montar la emoción de la seguridad por más de unos segundos a la vez. Pero lo importante es intentar, porque la imaginación controlada puede montar cualquier emoción a la ciudad de la Paz; la realización del estado ideal. 

Una emoción es correcta o incorrecta en relación con un deseo. Si te sientes incomodo al asociarte con tu deseo, estás caminando en la dirección equivocada y nunca lo alcanzaras. Pero si el sentimiento es natural (correcto) y persistes en tu asunción, se convertirá en un hecho.

A veces, incluso cuando tu objetivo se siente natural, puedes permitir que surjan dudas y te alejen de tu objetivo. Cuando suceda esto, no te condenes a ti mismo, simplemente regresa a esa emoción y móntala nuevamente, porque la bestia está sin riendas y debe ser montada hasta que tú y ella se vuelvan uno.

Reconoce dentro de ti mismo el sentimiento de importancia, de seguridad o de ser dignificado, porque tu conciencia es la realidad. Lo que eres consciente de ser en este momento, eso eres. Si deseas ser algo distinto de los que eres, recuerda, el estado deseado es tan real como aquel del que eres consciente ahora. Entra en el nuevo estado haciéndote consciente de serlo. ¡Persiste! Encuentra el sentimiento del nuevo estado y móntalo hasta Jerusalén.

Las escrituras llaman al hombre a recordarse a sí mismo asociándose con su objetivo y caminando hacia su dirección. Solamente disciplinándote a ti mismo puedes encarnar tu objetivo. En el capítulo 11 Marcos hace la siguiente declaración: “Cualquier cosa que deseen, crean que ya las han recibido y las recibirás. Y cuando estén orando, perdonen.” ¿Cómo cumples un deseo y perdonas a otro? Encontrando la cualidad que pensabas que estaba en otro y removiéndola de ti mismo. Luego, coloca el sentimiento que deseas expresar en su lugar. Cuando se ha hecho esto, te has elevado al estado de tu oración respondida.

Ahora, la oración está condicionada a la creencia de que ya está respondida. El deseo es tu trampolín. De pie en tu estado deseado, es posible que descubras que el tablón se tambalea o que el suelo se sacude bajo tus pies. Pero si persistes en ser consciente de haber alcanzado tu deseo, a pesar de que la razón y tus sentidos externos lo nieguen, lo que eres conscientes de ser, se convertirá en tu realidad.

Esta noche, forma un objetivo noble para ti mismo y siente su cumplimiento. Asóciate con ese sentimiento haciéndote consciente de el. Haz eso y serás bendecido por Dios, que es tu propio ser. Di a ti mismo: “Yo y el Padre somos Uno.” Tu ser interno es el que los hombres llaman Dios. Él nunca está muy lejos, ni tampoco muy cerca, porque él es tu propia maravillosa conciencia.

Todas las cosas, cuando son admitidas en tu conciencia, son manifestadas por su luz, pero algo debe ser admitido primero. Si eres consciente de haber sido golpeado, el pensamiento se manifestará y tú lo serás. ¿Te sientes inseguro? Si lo haces, y persistes en ese estado, te hundirás en el, porque todo lo manifestado, es la conciencia exteriorizada.    

¿Qué pensamiento domina tu mente en este momento? Independientemente de lo que sea, tú le has dado tu consentimiento, pero no necesitas perpetuarlo. Que el pensamiento que entre en la mente no te contamine. Tú puedes consentir cualquier pensamiento, ya sea uno que te contamine o te bendiga cuando se presente. Pero cada pensamiento será manifestado. El estado en el que resides actualmente era sólo un pensamiento antes que lo entraras, al igual que lo es el estado que ahora deseas y puede ser realizado tan fácilmente.

Acepta el desafío. Formula tu objetivo y elévate en la conciencia a su cumplimiento. Piensa que es real y lo es, porque todo es posible para un pensamiento.

Recordarse a sí mismo es recordar tu objetivo, así que, en el transcurso de un día, debes preguntarte dónde estás psicológicamente. Tu realidad vive en un país psicológico donde tú puedes caminar en el lodo, el valle o las cimas de las montañas. Elige este día el estado al cual deseas entrar. Siente su estado de ánimo y reconoce su cumplimiento. Camina fiel a esa asunción y, aunque tu razón y tus sentidos lo nieguen, tu persistencia hará que se convierta en un hecho.

Tú, todo imaginación, eres la suma total de tus reacciones a la vida. Esta es la única causa y explicación de los eventos que encuentras. Si no te gusta tu mundo, cambia tu reacción a el. La vida será más fácil cuando seas brutalmente franco contigo mismo y reconozcas tus reacciones a aquello que fue creado por ti y está siendo reflejado hacia ti.

Decide reaccionar solamente de una manera positiva. Los pensamientos positivos producen efectos positivos. Cuando miras tu mundo de manera diferente, tu conciencia cambia y de este modo cambian los acontecimientos futuros.

Tu deseo está siempre listo para la encarnación. Pero solo como un deseo es incapaz de nacer. Debe tener paternidad humana. Tú eres la imaginación humana que las escrituras llaman “María”, porque eres capaz de concebir una idea y darle nacimiento sin la ayuda de ningún hombre. “El hombre” es llamado “el molde de Dios.” Su Yo Soy es Dios el Padre, y tú como María, concibes el deseo de Dios. Guarda tu secreto dentro de ti mismo, camina fiel a tu concepto y darás a luz su fruto.

Todos son María de la Biblia. Sus nombres significan “agua; las verdades psicológicas de los misterios.” Limpia de tu mente todos los conceptos literales de la Biblia, eres bautizado y nacido de agua. Entonces, viviendo fiel a tu deseo, eres la bendita Virgen, llevando aquello que es concebido por el Espíritu Santo, el santo deseo.


¡ Suscríbete a nuestro blog!

¡Regístrate para recibir contenido en tu correo electrónico!

We don’t spam! Read our privacy policy for more info.