El Sentimiento del Yo

Tu viaje en este mundo de decadencia y muerte comienza con tu sentimiento del “Yo” y donde pongas ese sentimiento, ahí vives. Tú puedes colocar tu sentimiento del “Yo” en el fango de la negación o en el encantador suelo de la asunción positiva. Tu sentimiento del “yo” está siempre contigo. Es tu esclavo y tu salvador, porque donde quiera que vayas, allí también va el Yo soy.

El Capítulo 9 de Números comienza con Moisés recibiendo instrucciones del Señor sobre cómo erigir un tabernáculo o tienda del testimonio y moverla a través del desierto. Se le dijo: “Durante el día una nube cubrirá el tabernáculo y por la noche tendrá la apariencia de una columna de fuego. Cuando la nube se alce, los hijos de Israel deben viajar al lugar donde se detenga la nube y allí debe permanecer el pueblo. Puede alzarse una vez por semana, una vez al mes, o más, pero cuando suba, los hijos de Israel deben viajar “.

Ahora, un tabernáculo es un lugar de culto alargado, el cual es móvil y cubierto de piel. Tú eres ese templo (tabernáculo), y el espíritu de Dios habita dentro de ti como tú “yo”. Una nube es una vestidura de agua (o verdad psicológica) la cual cubre el “yo” y aquello que testifica. La nube no se mueve en el tiempo, sino que es levantada por el “Yo” que cubre.

De acuerdo a mis sentidos, “Yo” estoy ahora en el Hotel Palace. Permíteme levantar la nube de mi testimonio retirando el sentimiento del “Yo” de la evidencia de mis sentidos y moverlo colocando mi “Yo” en un estado predeterminado, y todo mi mundo se mueve conmigo.

Vistiéndome en el sentimiento, la nube me cubre al yo testificar el estado en el que acabo de entrar. En este momento, puedes haber colocado tu sentimiento del “Yo” en un estado desagradable y, a menos que alces la nube que te cubre, tú estás anclado allí y eres incapaz de cambiar las circunstancias de tu vida.

Ahora, este alzamiento de la nube y colocar tu sentimiento del “yo” en un estado más deseable, implica una muerte, porque cuando la nube se eleva, rompe (o mata) el ciclo de recurrencia en el que has estado.

El movimiento sólo puede ser detectado como un cambio de posición con respecto a otro cuerpo, y todo movimiento mencionado en las Escrituras es psicológico. Cada estado existe en esta tierra psicológica de la cual tu “Yo” viaja. Todo lo que necesitas hacer es sacar tu “yo” de donde está ahora y colocarlo en tu estado predeterminado. Pero, ¿cómo sabrás que te has movido? Utilizando un marco de referencia. Mientras estás sentado tranquilamente en tu silla, puedes levantar tu nube colocando el sentimiento del “Yo” en un estado psicológico totalmente diferente. Nadie puede ver este movimiento, porque el tuyo es un viaje espiritual.

Mientras estás en el estado, busca la confirmación de tu movimiento en los rostros de las personas allí. ¿Están sorprendidos de verte? ¿Están felices por ti? ¿Un poco celosos? Mira, hasta que veas las expresiones en sus rostros. Si hay un cambio en tu sentimiento del “yo”, encontrarás una alteración automática en tu habitual expresión de vida. 

Durante el día, usas tu vestimenta de verdad (la nube); pero en el momento en que comienzas a meditar, el cerebro se vuelve luminoso. Esta es la columna de fuego de noche. Recuerda, “Yo Soy la verdad”, y dondequiera que pongas tu sentimiento del “yo”, allí debes permanecer.

En el capítulo 34 de Deuteronomio se nos dice que Moisés subió desde la llanura de Moab a Nebo, y allí a Pisga, que está frente de Jericó, donde se le mostró toda la tierra que era suya. La palabra “Moisés” significa “sacar”. Él no es un hombre, sino tu poder creativo, el cual puede sacar de ti cualquier estado en el que hayas colocado tu “Yo”, golpear la roca y producir agua.

La palabra “Moab” significa “madre/padre” que es tu “Yo Soy”. En tu estado actual, tu Moab puede estar diciendo: “Yo soy herido”, “Yo soy enfermo”, “Yo soy pobre”. Pero “Nebo” significa “profetizar tu anhelo por el sentimiento del Yo”. “Pisga” significa “contemplar”. Cuando entras en tu estado deseado, observas tu Jericó, porque tendrá un olor fragante que es lo que significa la palabra “Jericó”.

Habiéndote elevado en la conciencia, permanece en tu estado elegido hasta que tengas una reacción que te satisfaga. Una reacción violenta produce un olor terrible, mientras que una reacción amorosa indica Jericó y un agradable olor. Verás, Jericó no es un lugar en el Cercano Oriente, sino un estado que produce la emoción de logro dentro tuyo.

En el capítulo 14 del libro de Juan, Jesús le habla a Pedro diciendo: “No se turbe su corazón, crean en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones, si no fuera así, se lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde yo voy; para que donde yo esté, allí estén ustedes también”. Este no es un hombre hablándole a otro, sino el ser hablándose a sí mismo. Tú eres Jesús (la Imaginación) diciéndose a sí mismo que hay innumerables estados de conciencia en los que puedes entrar, y estás invitando al Ser a elegir el estado que deseas habitar. Después de seleccionar el estado, la imaginación irá y lo preparará para ti entonces tu volverás nuevamente (como debes), porque donde quiera que permanezcas en la imaginación, allí residirás también en la carne.

Si crees lo que he dicho, decide cambiar tu sentimiento del “yo”. No hay ningún poder que pueda impedirte realizar tu sueño, sino tú mismo.  Y ningún hombre puede obligarte a entrar en ningún estado. Tú tienes el poder de seleccionar tu estado y entrar en el, haciéndolo vivir, o salir de un estado, por lo tanto, matándolo. La decisión (y sus consecuencias) es tuya y solo tuya. El día en que puedas convertirte en un observador “Yo”, observando tus reacciones y viendo al observador y la cosa observada como dos seres distintos, sabrás que puedes entrar en cualquier estado y se exteriorizará. Sabrás que todas las mansiones de la casa de tu Padre son tuyas.

Yo Soy (la conciencia) contiene toda la creación, y del Yo Soy viene la imaginación. Donde no hay conciencia, no hay imaginación. Cuando entras en un estado, tu Yo Soy está teniendo una experiencia psicológica. Cuando piensas en un estado, tienes un sujeto y su objeto; pero cuando experimentas un estado, tienes unificación.  

Esta noche, mira mentalmente tu día. ¿Puedes recordar a quienes viste esta mañana? Si tu reacción hacia ellos es la misma que antes, entonces tú no has cambiado tu sentimiento del “yo”. Tus amigos y tus relaciones son tu marco de referencia. Úsalos en tu viaje.

El mandamiento del primer capítulo de Josué es: “Cuando empieces, no te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda, para que puedas prosperar dondequiera que vayas, porque yo, el Señor tu Dios, estoy contigo”. Por lo tanto, permanece en el estado que deseas hasta que tu ser entero esté impregnado con su reacción para poder cosechar su recompensa. “Yo,” tu conciencia, estoy contigo, y Yo Soy el Señor, tu Dios.

La enseñanza de la verdad trata con el sentimiento del “yo”, porque sólo a través del sentimiento puede producirse un cambio. Si sigues teniendo las mismas reacciones, no has cambiado tus sentimientos. Tu mundo siempre se ajusta a tu asunción interna. Recuerda tu objetivo mil veces en el transcurso de un día. Observa tus pensamientos con respecto a ello, y rompe todos los desagradables. Si no tienes éxito, es porque no estás practicando esta verdad y aplicando esta ley.

“Tú eres el templo del Dios vivo, y el Espíritu de Dios habita en ti. ¿qué tiene en común un creyente con un incrédulo? sale de en medio de ellos y apártate de ellos, y yo te recibiré” ¡Vamos, vivamos en la cima de la montaña!


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