Luz Líquida

“En él vivimos y nos movemos, y tenemos nuestro ser” -Hechos 17:28.

Psíquicamente, este mundo aparece como un océano de luz conteniendo dentro de sí todas las cosas, incluido el hombre, como cuerpos pulsantes envueltos en luz líquida. La historia bíblica del Diluvio es el estado en el cual vive el hombre. El hombre está realmente inundado en un océano de luz líquida en el que se mueven innumerables seres de luz.

La historia del Diluvio realmente está siendo representada hoy. El hombre es el arca que contiene dentro de sí mismo los principios masculino-femeninos de todo ser viviente. La paloma o idea que es enviada a buscar tierra firme, es el intento del hombre de plasmar sus ideas. Las ideas del hombre se asemejan a los pájaros en vuelo –  como la paloma en la historia, volviendo al hombre sin encontrar un lugar donde descansar. Si el hombre no permite que estas búsquedas infructuosas lo desanimen, un día el pájaro regresará con una ramita verde. Después de asumir la conciencia de lo deseado, él estará convencido de que es así; y sentirá y sabrá que es aquello que conscientemente se ha apropiado, aunque todavía no haya sido confirmado por sus sentidos.

Un día el hombre se volverá tan identificado con su concepto, que él sabrá que es él mismo, y él declarará: “Yo Soy; Yo Soy aquello que deseo ser (Yo Soy ese Yo Soy)”. Él descubrirá que, al hacerlo, entonces comenzará a manifestar su deseo (la paloma o el deseo esta vez encontrarán tierra seca), comprendiendo así el misterio de la palabra hecha carne.

Todo en el mundo es una cristalización de esta luz líquida. “Yo Soy la luz del mundo”. Tu conciencia de ser es la luz líquida del mundo que se cristaliza en las concepciones que tienes de ti mismo.

Tu conciencia de ser incondicionada, primero se concibió a sí misma en luz líquida (que es la velocidad inicial del universo).  Todas las cosas, desde las más elevadas a las más bajas vibraciones o expresiones de vida, no son más que las diferentes vibraciones de velocidades de esta velocidad inicial; oro, plata, hierro, madera, carne, etc., son solo diferentes expresiones o velocidades de esta única sustancia – luz líquida.

Todas las cosas son luz líquida cristalizada, la diferenciación o infinidad de expresión es causada por el deseo de quien concibe, de conocerse a sí mismo. Tu concepto de ti mismo automáticamente determina la velocidad necesaria para expresar aquello que tú has concebido que eres. El mundo es un océano de luz líquida en incontables estados diferentes de cristalización.


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