Libre Albedrío

La pregunta que suele hacerse a menudo es “¿qué debo hacer entre la asunción del deseo cumplido y su realización?”

Nada. Es una ilusión pensar que, además de asumir el sentimiento del deseo cumplido, puedas hacer algo para ayudar a la realización de tu deseo. 

Tú crees que puedes hacer algo, tú quieres hacer algo; pero realmente no puedes hacer nada. La ilusión del libre albedrío es nada más que ignorancia de la ley de la asunción, sobre la cual se basa toda acción. Todo sucede automáticamente. Todo lo que te sucede, todo lo que es hecho por ti – sucede.

Tus asunciones, conscientes o inconscientes, dirigen todo pensamiento y acción hacia su cumplimiento.

Entender la ley de la asunción, convencerte de su verdad, significa tener que deshacerse de todas las ilusiones sobre el libre albedrío de actuar. Libre albedrío en realidad significa seleccionar la idea que deseas.

Al asumir que la idea ya es un hecho, se convierte en realidad. Más allá de eso, el libre albedrío termina y todo sucede en armonía con el concepto asumido.

“Yo no puedo hacer nada por mí mismo… porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre que me envió”.  [Juan 5:30]

En este versículo, el Padre obviamente se refiere a Dios. En un capítulo anterior, Dios es definido como Yo Soy. 

Ya que la creación está terminada, el Padre nunca está en una posición de decir “Yo seré”. En otras palabras, todo existe y la conciencia infinita -Yo Soy- puede hablar sólo en presente.  

No se haga mi voluntad, sino la tuya. [Lucas 22:42]

“Yo seré” es una confesión que “Yo no soy”. La voluntad del Padre es siempre “Yo Soy”.

Hasta que no te des cuenta que Tú eres el Padre (sólo hay un Yo Soy y tu Ser infinito es ese Yo Soy), tu voluntad siempre será “Yo seré”.    

En la ley de la asunción, tu conciencia de ser es la voluntad del Padre. El simple deseo sin esta conciencia es “mi voluntad”. Este gran versículo, tan poco entendido, es una perfecta declaración de la ley de asunción.  

Es imposible hacer algo. Tú debes ser, para poder hacer. Si tuvieras un concepto diferente sobre ti mismo, todo sería diferente. Tú eres lo que eres, entonces todo es como es.

Los eventos que tú observas son determinados por el concepto que tienes de ti mismo. Si tú cambias el concepto de ti mismo, los eventos que vendrán son alterados, pero, al alterarlos, ellos forman otra vez una determinada secuencia a partir del momento de este cambio de concepto. Tú eres un ser con poderes de intervención que te permite, mediante un cambio de conciencia, alterar el curso de los eventos observados – de hecho, cambiar tu futuro.

Niega la evidencia de los sentidos y asume el sentimiento de tu deseo cumplido. Puesto que tu asunción es creativa y forma una atmosfera, tu asunción, si es noble, aumenta tu seguridad y te ayuda a alcanzar un nivel más alto del ser. 

Por otro lado, si tu asunción es una desagradable, te entorpece y hace que tu camino descendente sea más rápido. Así como las asunciones agradables crean una atmósfera armoniosa, así los sentimientos duros y amargos crean una atmósfera dura y amarga. 

“Todo lo que es puro, justo, amoroso, honorable, piensa en estas cosas”. [Aprox., Filipenses 4:8]

Esto significa hacer de tus asunciones los conceptos más altos, más nobles y más felices. No hay mejor momento para comenzar que ahora. El momento presente es siempre el más oportuno en el cual eliminar todas las asunciones desagradables y concentrarse solo en lo bueno.

Así como para ti mismo, reclama para otros su herencia Divina.  Mira sólo su bienestar y el bien en ellos. Elévalos a lo más alto, a la confianza y la seguridad por tu sincera asunción de su bien y tú serás su profeta y sanador, porque el inevitable cumplimiento llegará a todas las asunciones sostenidas.

Tú ganas por asunción aquello que jamás podrás ganar por la fuerza. 

Una asunción es un cierto movimiento de conciencia. Este movimiento, como todo movimiento, ejerce una influencia en la sustancia que lo rodea causando que tome la forma, el eco, y refleje la asunción.  Un cambio de fortuna es una nueva dirección y perspectiva, simplemente un cambio en la organización de la misma sustancia mental – la conciencia.

Si quieres cambiar tu vida, debes empezar por la fuente misma con tu propio concepto básico de ti mismo.

El cambio externo, ser parte de organizaciones, de cuerpos políticos, de cuerpos religiosos, no es suficiente. La causa va más allá. El cambio esencial debe tener lugar en ti mismo, en tu concepto de ti mismo. 

Debes asumir que ya eres lo que quieres ser y permanecer ahí, porque la realidad de tu asunción es completamente independiente de los hechos objetivos, y se vestirá ella misma en la carne si tú persistes en el sentimiento del deseo cumplido.

Cuando sabes que las asunciones, si se persiste en ellas, se materializan en hechos, entonces los eventos que para el no iniciado parecen ser simples accidentes, serán entendidos por ti, como los efectos lógicos e inevitables de tus asunciones. 

Lo importante a tener en cuenta es que tú tienes infinito libre albedrío en elegir tus asunciones, pero no tienes poder para determinar las condiciones y eventos. Tú no puedes crear nada, pero tus asunciones determinan qué porciones de la creación vas a experimentar.   


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