El Poder de la Asunción

El mayor delirio las personas es su convicción de que hay otras causas fuera de su propio estado de conciencia.

Todo lo que le sucede al individuo, todo lo que es hecho por él, todo lo que viene de él, sucede como resultado de su estado de conciencia.

La conciencia de la persona es todo lo que piensa y desea y ama, todo lo que cree y consiente como verdadero. Por esta razón, es necesario un cambio de conciencia antes de que puedas cambiar tu mundo externo.

La lluvia cae como resultado de un cambio de temperatura en las altas regiones de la atmosfera, de igual manera, un cambio de circunstancia sucede como resultado de un cambio en tu estado de conciencia.

“Sean transformados mediante la renovación de su mente.” (Romanos 12:2)

Para ser transformados, debe cambiar la base entera de tus pensamientos. Pero tus pensamientos no pueden cambiar a menos que tengas nuevas ideas, ya que tú piensas desde tus ideas.

Toda transformación empieza con un intenso, ferviente deseo de ser transformado.

El primer paso en la “renovación de la mente” es el deseo. Tú debes querer ser diferente (y tener la intención de serlo) antes de que puedas cambiarte a ti mismo.

Luego debes hacer tu sueño futuro un hecho presente. Haces esto al asumir el sentimiento del deseo cumplido. Al desear ser otro del que eres, puedes crear un ideal de la persona que quieres ser y asumir que ya eres esa persona. Si persistes en esa asunción hasta que se convierta en tu sentimiento dominante, la obtención de tu ideal es inevitable.

El ideal que tú deseas alcanzar está siempre listo para ser encarnado, pero a menos que tú mismo le ofrezcas paternidad humana, es incapaz de nacer. Por lo tanto, tu actitud debería ser aquella en que habiendo deseado expresar un estado más alto, tú solo aceptas la tarea de encarnar este nuevo y más grande valor de ti mismo.  

Al darle nacimiento a tu nuevo ideal, debes tener en cuenta que los métodos de conocimiento mental y espiritual son totalmente diferentes. Este es un punto que realmente es entendido, probablemente, por no más de una persona en un millón.

Tú conoces una cosa mentalmente mirándola desde lo externo, comparándola con otras cosas, analizándola y definiéndola (pensando en ella); mientras que tú conoces una cosa espiritualmente convirtiéndote en ella (solo pensando desde ella).

Tú debes ser la cosa en sí misma y no tan solo hablar de ella o mirarla. Tú debes ser como la polilla en busca de su ídolo – la llama – que se incentiva con el verdadero deseo, sumergiéndose sin pensarlo dentro del fuego sagrado, abrazándolo con sus alas, convirtiéndose en un solo color y una sola sustancia con la llama.

“Ella solo conocía la llama en la cual se quemó,

Y solo ella podría decir quien nunca volvería.”

(“El Lenguaje de los Pájaros”, por Farid ud-Din -Attar)

Tal como la polilla, que en su deseo de conocer la llama estaba dispuesta a destruirse a sí misma, así también, para convertirte en la nueva persona, tú debes estar dispuesto a morir a tu ser actual.  

Debes ser consciente de ser saludable si quieres saber lo que es la salud. Debes ser consciente de ser seguro si quieres saber lo que es la seguridad.  Por lo tanto, para encarnar un nuevo y mayor valor de ti mismo, debes asumir que ya eres lo que deseas ser y vivir por la fe en esta asunción – la cual todavía no se ha encarnado en el cuerpo de tu vida- en confianza de que este nuevo valor, o estado de conciencia, se encarnará a través de tu absoluta fidelidad a la asunción de que ya eres aquello que deseas ser.

Esto es lo que significa totalidad, lo que significa integridad. Significan sumisión de todo el ser al sentimiento del deseo cumplido en la certeza de que ese nuevo estado de conciencia es la renovación de la mente, la cual transforma.  

No hay orden en la naturaleza que corresponda a esta sumisión voluntaria del ser al ideal más allá del ser. Por eso, es la mayor necedad esperar que la encarnación de un nuevo y más alto concepto del ser, venga por medio del proceso evolutivo natural.  

Aquello que requiere un estado de conciencia para producir sus resultados, obviamente, no puede ser efectuado sin tal estado de conciencia. En tu habilidad de asumir el sentimiento de una vida mejor, asumir un nuevo concepto de ti mismo, tú posees lo que el resto de la naturaleza no posee – imaginación – el instrumento por el cual creas tu mundo.

Tu imaginación es el instrumento, el medio, por el cual se efectúa tu redención de la esclavitud, de la enfermedad y la pobreza.

Si rehúsas asumir la responsabilidad de la encarnación de un nuevo y más alto concepto de ti mismo, entonces tú rechazas los medios, los únicos medios, por los cuales tu redención – que es la obtención de tu ideal – puede ser efectuada.

La Imaginación es el Único Poder Redentor en el Universo. Sin embargo, tu naturaleza es tal, que es opcional para ti elegir, ya sea permanecer en tu presente concepto de ti mismo (un ser hambriento en búsqueda de libertad, salud y seguridad) o elegir convertirte en el instrumento de tu propia redención, imaginándote a ti mismo como aquello que deseas ser y, por lo tanto, satisfaciendo tu hambre y redimiéndote a ti mismo.

Oh, entonces, sé fuerte y valiente,

Puro, paciente y verdadero;

El trabajo que es tuyo,

No dejes que otra mano lo haga.

Porque la fuerza de toda necesidad es

Fielmente dada,

Desde la Fuente dentro de ti – El Reino de Los Cielos.


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