Prepara Tu Lugar

“Todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío”. [Juan 17:10]

“Mete tu hoz y siega, porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura”. [Apocalipsis 14:15]

Todo es tuyo. No salgas a buscar aquello que eres. Aprópialo, afírmalo, asúmelo. Todo depende de tu concepto de ti mismo. Aquello que no afirmas como verdadero de ti mismo no puede ser realizado por ti.  La promesa es:

“A todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”. [Mateo 25:29; Lucas 8:18]

Sostiene firmemente en tu imaginación, todo aquello que sea amable y de buen nombre, porque lo amable y lo bueno son esenciales en tu vida si ha de valer la pena.

Asúmelo. Haces esto al imaginar que ya eres lo que deseas ser – y que ya tienes lo que deseas tener. “Como el hombre piensa en su corazón, así es él”. [Proverbios 23:7]

Quédate quieto y reconoce que ya eres aquello que deseas ser y nunca tendrás que buscarlo.

A pesar de tu apariencia de libertad de acción, tú obedeces – como todo lo demás lo hace – a la ley de la asunción.

Lo que sea que pienses sobre el libre albedrío, la verdad es que tus experiencias a lo largo de tu vida son determinadas por tus asunciones – ya sean conscientes o inconscientes.  

Una asunción construye un puente de incidentes que llevan inevitablemente al cumplimiento de sí misma. El hombre cree que el futuro es el desarrollo natural del pasado. Pero la ley de la asunción demuestra claramente que este no es el caso. Tu asunción te pone psicológicamente donde no estas físicamente; luego tus sentidos te vuelven a traer desde donde estabas psicológicamente hacia donde estás físicamente.  Son estos movimientos psicológicos hacia adelante, los que producen tus movimientos físicos hacia adelante en el tiempo. La Precognición penetra todas las escrituras del mundo.

“En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, yo les hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. Y si me voy y preparo un lugar para ustedes, vendré otra vez y yo los tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estén también ustedes… Y yo les he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean”. [Juan 14: 2-3;29]

El “Yo” en estos versículos es tu imaginación que va al futuro, a una de las muchas moradas.    

La Morada es el estado deseado… contar un evento antes de que suceda físicamente es simplemente sentirte a ti mismo en el estado deseado hasta que tome el tono de la realidad.

Tú vas y preparas un lugar para ti mismo, al imaginarte en el sentimiento del deseo cumplido. Luego, tú te mueves desde este estado del deseo cumplido – donde no has estado físicamente – de regreso hacia dónde estabas físicamente hace un momento atrás. Luego, con un irresistible movimiento hacia adelante, avanzas a través de una serie de eventos hasta la realización física de tu deseo, porque donde hayas estado en tu imaginación, allí estarás también en la carne.

“Al lugar donde los ríos fluyen, allí vuelven a fluir”. [Eclesiastés 1:7]


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