Una Inversión Sólida



Neville 1953

Quiero compartir hoy con ustedes lo que considero una de las revelaciones verdaderamente grandiosas de todos los tiempos.

El domingo por la mañana, 12 de abril, mi esposa se despertó de lo que era un sueño realmente profundo y, mientras estaba despertando, una voz muy distintiva le habló, le habló claramente. La voz le habló con gran autoridad y le dijo: “Debes dejar de gastar tus pensamientos, tu tiempo y tu dinero; todo en la vida debe ser una inversión”. Así que rápidamente ella lo escribió y fue directamente al diccionario para buscar las dos palabras importantes en la oración: ‘gastar’ e ‘invertir’. El diccionario define ‘gastar’ como desperdiciar, despilfarrar, el gasto sin retorno. ‘Invertir’ es gastar para un propósito, por el cual se espera un beneficio.

Entonces comencé a analizar la oración: “Debes dejar de gastar tus pensamientos, tu tiempo y tu dinero, porque todo en la vida debe ser una inversión”. Mientras le daba vueltas, vi que todo es ahora; que a través de los portales del presente debe pasar todo el tiempo, y este ahora psicológico – el estado en el que me encuentro ahora- no retrocede hacia el pasado, sino que avanza hacia mi futuro. Por lo tanto, lo que hago ahora es lo más importante, y como el pensamiento es la moneda del cielo, es el dinero del cielo, entonces, el pensamiento que mantengo ahora, el pensamiento al que doy mi consentimiento, debe manifestarse. Como se nos dijo en Efesios “Todas las cosas cuando son puestas en evidencia, son manifestadas por la luz, y todas las cosas cuando son manifestadas, son luz”. La palabra ‘luz’ se define como conciencia, por lo tanto, el estado al que ahora doy mi consentimiento, debe manifestarse y cuando es manifestado, es sólo ese estado de conciencia hecho visible que viene a dar testimonio del estado en el que habito.  

De manera que cada momento del tiempo yo estoy gastando o estoy invirtiendo. Desafortunadamente la mayoría de nosotros gastamos la moneda del cielo y, por la mañana, el mediodía y la noche, vivimos en estados negativos por los cuales no hay retorno, cuando fácilmente podríamos haber invertido ese momento, de manera que al final de ese día realmente pudiéramos tener una maravillosa cartera. La persona con mentalidad religiosa probablemente invierte el domingo por la mañana. Mediante el servicio, él se eleva por un momento; si no es demasiado crítico, él podría ganar con el himno, él podría ser llevado con el coro, la música del órgano, la dirección desde el púlpito, y por un momento él está invirtiendo; pero el resto de la semana él gasta.

Ahora, tú sabes por experiencia que, si pones todo tu dinero en una gran empresa – puede ser grandiosa, puede ser sólida – pero al final de un año los directores pueden decidir reorganizarse y, por lo tanto, decidir reservar el dividendo, y si tú dependías de un cheque de dividendo para tus necesidades diarias – aunque es una empresa buena, solida, maravillosa – cuando reservan el dividendo, entonces tú debes vender algunas acciones o tomar un préstamo.  No obstante, cada momento del tiempo tú podrías tener una cartera maravillosa, y si alguien reserva un cheque de dividendos, no importa. Si dedicas cada momento del tiempo al pensamiento positivo, al pensamiento constructivo, no aceptando ningún rumor que no contribuya al cumplimiento de tu deseo – no importa lo que sea, podría ser el hecho más obvio del mundo – si no contribuye al cumplimiento de tus sueños, no lo aceptes porque si lo haces, estás gastando. Si tú – no negando, sino por completa indiferencia, completa no-aceptación- te vuelves hacia lo que desearías haber escuchado en lugar de lo que escuchaste, estás invirtiendo. Lo que importa no es lo que escuchaste, lo que importa es la admisión de su veracidad.  Todas las cosas cuando son admitidas, no todas las cosas cuando son escuchadas. Si tú le das tu consentimiento, si tú lo aceptas como verdadero, entonces, tú gastas por aceptación, o inviertes, dependiendo de la naturaleza del estado aceptado.

Esta revelación que me llegó a través de mi esposa; si hubiera sido dicho en nuestra Biblia, se habría dicho en su extraño modo: – “Y el Señor Dios le habló en este día y le dijo a ella, su sirvienta”-  y ellos habrían dicho qué revelación habría llegado de esa manera, pero vino a una esposa natural normal, vino de una manera natural normal, para instruirla no sólo a ella, sino también a su esposo, porque yo fui el  primero a quien ella se lo contó, y no te puedo decir lo que me ha hecho desde que lo escuché en la mañana del 12 de abril, porque me hizo más consciente del momento, me hizo mucho más consciente de cada momento del día para no estar gastando. Yo debo invertir, el tiempo es demasiado precioso, y estos momentos no retroceden, no desparecen, siempre están avanzando hacia mi futuro ya sea para confrontarme con un desperdicio o mostrarme un maravilloso retorno. Si invierto es para un propósito y, por lo tanto, tengo la esperanza, no sólo la esperanza, yo espero una recompensa: yo espero una ganancia en mi inversión. Así que un momento que pase ahora, este mismo día, mañana podría darte grandes dividendos.

Ahora, hace dos semanas, conté una historia aquí de Jimmie Fuller. Bueno, no tenía todos los detalles de la historia, pero después de la reunión decenas de ustedes me dijeron – no sólo después de la reunión de ese día, sino después de mis reuniones en el Teatro Ebell- que Jimmie Fuller para hacer la fortuna que él hizo, debe haber tenido un gran capital. Bueno, yo no pude afirmar ni negar su resuelta afirmación, ya que ustedes hablaron como si supieran y muchos de ustedes casi me convencieron de que él tenía un gran capital y por eso lo convirtió en grandes ganancias. Así que el viernes por la noche, yo le pedí que me contara más detalles. Él dijo: “Cuando viniste aquí hace cuatro años, Neville, yo vine a escucharte. Mi esposa me preguntó ‘¿Por qué vas a escuchar a Neville? ¿Quién te habló de Neville? – él dijo: “Una noche encendí la radio y escuché al Dr. Bailes. Nunca había oído hablar del hombre antes. Al final de su conferencia, la cual disfruté mucho, dijo que Neville vendría a dar una charla para nosotros y es algo que no se debía dejar pasar.  Bueno, me gustó tanto el Dr. Bailes, que lo encendí la noche siguiente, y durante las siguientes dos semanas siguió promocionándote y él fue tan generoso en sus elogios, que pensé que tenía que escuchar a ese hombre. Así que cuando vine, disfruté de lo que escuché el domingo por la mañana, y luego anunciaste que estarías hablando la noche siguiente en este lugar, pero eran dos dólares. Bueno, yo tenía cincuenta y cuatro dólares. Tenía una esposa y un niño pequeño; no podíamos dejar al niño solo, él era un bebé: significaba una niñera. Mi esposa y yo vinimos a todo lo que diste, pero una noche no pudimos pagarle a la niñera; simplemente no teníamos. Así, tomamos todos nuestros últimos cincuenta y cuatro dólares y acudimos a cada reunión, los dos, pero una noche no teníamos para pagarle a la niñera. Tres años después, Neville, aún no había probado tu teoría. Tú sabes mi problema como te dije antes”.

Tal vez haya alguien aquí que no haya escuchado su historia: el hombre es un negro y su problema era que, como era negro, todas las marcas y rayas del mundo estaban en contra de él.  Yo intenté convencerlo de que sólo estaba en su propia mente, que esas rayas fueron colocadas. Su aceptación de eso como restricción, lo hizo una restricción, pero si él sólo pudiera dejarlo caer por no-aceptación, por completa indiferencia al pigmento de la piel, él podría lograr cada uno de sus sueños, aceptándolo ahora.

Bueno, el año pasado, Jimmie Fuller, por su completa aceptación, invirtiendo su momento, su ahora, ha convertido el año en un beneficio neto de doscientos cincuenta mil dólares. Él no tenía un centavo cuando comenzó; no puso un gran capital, él no lo tenía. Él sólo invirtió la moneda de Dios. Dios se lo dio y él le dio el momento, que es el tiempo. Así que, en lugar de gastar su pensamiento, el cual todos tienen, y gastar su tiempo, que todos tienen – él no tenía dinero, pero sabía que el pensamiento era dinero- así que invirtió su pensamiento en el ahora, sabiendo que no iba a retroceder ni desvanecerse de la vista, eso era una inversión, avanzaría hacia su futuro.

Bueno, lo hizo. Avanzo tanto, que ahora me dice que todo lo que toca se convierte en oro. Ahora tiene tres niños; vienen aquí todos los domingos a la escuela dominical: él no quiere que sus hijos comiencen con sus rayas, entonces él quiere que ellos sientan lo que da esta Iglesia, así que vienen todos los domingos. Jimmie me dice que muchos domingos tiene ganas de irse a la playa o subir las montañas con su esposa, pero él no va porque quiere sus niños tengan una oportunidad que él no tuvo. Él dice: “Mi gente era muy religiosa, pero deben haber adorado a un Dios muy pobre, porque estaban sumidos en la pobreza. Así que simplemente no me acercaba a las iglesias de mi madre y mis hermanos y estas personas, porque no podía concebir que Dios nos hiciera eso; sin embargo, ellos nunca faltaron al servicio. Pero cuando encontré esto que encontré aquí en esta Iglesia de Ciencia de la Mente, traje a mis hijos a la escuela dominical. Ahora esto es lo que les pasó. Aquí Dios es amor, y el amor los rodea y no conocen nada más que amor, que Dios es amor. Un día mi hijita, que es la menor de los tres, estaba bastante enferma, tenía un resfrío brutal, y esa noche cuando los niños pequeños dijeron sus oraciones, estas son las palabras que usaron: ‘Gracias Dios, esta hermana está muy bien mañana. Ellos no pudieron mirar a la niña, enferma como estaba, y decir: ‘Gracias Dios, esta hermana está muy bien ahora’, pero dijeron: Gracias Dios, esta hermana está muy bien mañana’. Neville, fue un milagro. Al día siguiente la niña estaba muy bien; no había señal de resfriado – una ausencia total de todo lo que vimos la noche anterior y estos dos hermanitos simplemente dieron gracias”.

“Ahora, mi hijo quería un reloj. Yo no le iba a dar el reloj. Podría haberle comprado mil relojes, pero yo quería que mi pequeño hijo aprendiera una Ley que yo no conocía hasta hace poco. Así que llenó su mente con la posesión de un reloj. Él habló del reloj como un reloj ‘vivo’, uno que hace tictac, uno que está vivo, no un reloj de juguete. Entonces, él llenó su mente con la posesión del reloj. En su camino a la escuela, él encontró un reloj ‘vivo’. Ahora él conoce el funcionamiento de la ley: que la completa aceptación del estado de conciencia, debe dar lugar a una externalización del estado aceptado. Entonces, si él acepta el reloj, no necesita recurrir a su padre terrenal como el medio a través del cual vendrá el reloj. No quiero pensar ni por un segundo, que tiene que señalar a su madre o su padre como los únicos canales a través de los cuales llegará su bien. Quiero que reconozca a un Padre Infinito – el Padre de todos nosotros – que le da a él, como me da a mí, todo lo que yo acepto. Quiero que mis hijos lo aprendan como yo lo he aprendido. Sí, yo podría bañarlos con regalos, pero luego me verían como el único canal a través del cual llegará, eso no puedo aceptarlo. Así que deberías ver a los pequeños niños y niñas realmente viviendo de acuerdo a esta ley. Dios para ellos es el amor y la única realidad, y el amor los rodea. Así que nunca se pierden la Escuela Dominical aquí”. 

Luego él continúa contándome todas las otras cosas maravillosas que han sucedido por la simple aceptación de esta ley. Él dijo. “El obtener mi auto – este Cadillac convertible- lo traté relajadamente, me senté en silencio en mi sala de estar y conduje mi Cadillac, y simplemente traté esto de manera relajada”, dijo, “No me esforcé mucho, yo lo acepté y luego, cuando decidí obtenerlo, simplemente hice tres llamadas telefónicas y ese día estaba conduciendo este automóvil, Neville. Ahora todo sucede así. Hoy, en lugar de ir a mi oficina y trabajar en la oficina, trabajo detrás de escena. Me siento todo el día y escucho de mis empleados el reporte, que es bueno; todo el personal de la oficina debe darme buenas noticias, lo único que me permitiré escuchar. Yo conduzco mi automóvil, estoy en la oficina; estoy en casa, estoy en la oficina, pero sólo escuchando buenas noticias y rara vez voy a la oficina físicamente para hacer trabajo de oficina, por lo que estoy detrás de escena sólo escuchando buenas noticias. Así que me he olvidado completamente del llamado pigmento de la piel y, honestamente Neville, puedo decirte que hoy siento que soy bendecido más allá de todos los hombres porque nací negro. Estoy muy orgulloso de ser un negro; estoy muy orgulloso de ser uno”.

Y aquí hay una historia que les interesará a todos ustedes; él dijo: ‘Yo tenía algunas propiedades de las que disponer, tenía ciertas cosas en inversiones para aquellos que tenían dinero, así que lo anuncié y un hombre me llamó. Él dijo que vio el anuncio, y me preguntó si yo era el caballero, así que le dije que yo era quien tenía la propiedad. Lo primero que dijo fue: ‘No quiero ninguna propiedad de negros’. Entonces, Jimmie dijo: ‘Yo no respondí, como si ni siquiera hubiera escuchado la palabra. Si él quiere ser prejuicioso, puede ser prejuicioso, es su derecho. Él quiere ser tonto al respecto, es su derecho. Él puede gastar, no necesita invertir. Entonces dije: ‘Está perfectamente bien, señor, tengo todo tipo de propiedades, tengo todo tipo de cosas para su inversión’. Una semana después, me llamó y me dijo: ‘Podrías venir a verme?’ – Él me dijo- “Fui a verlo. Cuando salí de mi auto, sus rodillas casi se doblaron, porque no sabía que un negro iría a verlo, y un negro subía por sus escaleras hasta su sala de estar. Él dijo que en cuestión de minutos compró el valor de treinta y siete mil dólares en la mina que tenía para ofrecer. Dijo que los primeros veinticinco mil dólares que compró, simplemente lo hizo para volver a comprar su cara, y luego los doce mil dólares restantes lo compró porque era una muy buena inversión. Bueno, desde entonces este caballero ha gastado decenas de miles de dólares conmigo y contantemente me llama para agradecerme porque son inversiones grandiosas”.

Ahora aquí hay un hombre que está orgulloso de su piel, él no tiene prejuicios porque eso es gastar su tiempo, él no puede darse el lujo de gastar. Entonces, en armonía con la revelación dada a mi esposa, dejemos de gastar nuestros pensamientos, nuestro tiempo y nuestro dinero. Porque todo en nuestra vida debe ser una inversión. Conocemos la verdad. Esta plataforma irradia la verdad. Te dice que todo procede de tu propia conciencia, pero lo que tú y sólo tú aceptas como verdad, se exteriorizará y se moldeará en tu entorno. Todas las condiciones que encontrarás simplemente darán testimonio del estado que has aceptado. Bueno, si no te gusta lo que estás encontrando, entonces deja de gastar y aprende el arte de la inversión, porque cada momento del tiempo es una oportunidad para invertir, no para gastar. Sin embargo, tú y yo somos libres, somos libres de desperdiciar cada moneda en el mundo. Por eso tenemos un derecho, somos seres libres, podemos gastar, no necesitamos invertir, pero si sabes que puedes invertir, ¿por qué no elegir la forma más sabia?

En el capítulo treinta del libro de Deuteronomio, se nos dice: “El mandamiento que yo te ordeno hoy, no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. Está cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón. Yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal, bendiciones y maldiciones.  Elige pues la vida, elige la bendición”. Pero la elección es nuestra porque somos libres. Él nos presenta en este día, en este preciso momento, un mandamiento. Él pone todo ante nosotros; no está lejos, está en nuestra lengua ahora mismo. Y ante mí ahora hay una bendición o una maldición. Yo puedo aceptar el hecho de que no te gusto; no importa, puede que me ames; pero si acepto el hecho de que no te gusto, no te gusta la enseñanza, estoy gastando mi tiempo. Mañana me probarás que he gastado mi tiempo por tu comportamiento relativo a mí. Por otro lado, si acepto el hecho de que te gusta, porque la estás probando, entonces no tendría ninguna duda en mi mente, de que no podrías hacer otra cosa que contribuir a esta enseñanza. Así que depende de mí bendecirme o maldecirme.

Yo puedo elegir la vida o puedo elegir la muerte. Puedo elegir el bien, pero yo soy libre, puedo elegir el mal. Depende completamente de mí. Si a ti y a mí nos gusta esto, lo aceptamos y lo creemos, entonces en realidad somos sabios; sabiendo que todo está ante nosotros, ahora salimos decididos a convertirnos en inversionistas, no gastadores, no desperdiciando ni malgastando nuestra sustancia, sino poniéndola con un propósito. Cada momento hazte consciente del momento, ¿qué estás haciendo? Ahora estoy aceptando el hecho de que soy un ser noble, digno, maravilloso, que mi padre está orgulloso del hijo que es como él, así que no escucharé, ni aceptaré como verdadero nada que no sea lo que contribuye a ese concepto noble que sostendré de mí mismo. Porque veré que yo estoy seguro, y tal vez un titular puede asustar al mundo, pero yo no lo aceptaré, porque si no lo admito, no puede salir de mí. Porque todas las cosas, cuando son admitidas se manifiestan, a menos que no sean admitidas.

Entonces, si ahora yo admito que utilizo este momento como mi momento para invertir, si yo soy aquello que la razón niega, que mis sentidos niegan, y procedo en ese supuesto, sabiendo que a pesar de que no se confirme esta noche ni mañana, aun así, seguiré viviendo en la asunción de que yo soy lo que quiero ser, y todo el día armonizaré y escucharé sólo el buen reporte, sé que estas son inversiones y mañana estos cheques de dividendos tienen que venir, ellos deben venir.

Esa es la ley de nuestro ser. Así que todos aquí, tómenlo en serio, no se necesita dinero; por eso les digo a los cientos de ustedes que me dicen en privado: “Él debe haber tenido dinero”, les digo que ahora conozco la historia. Yo no lo sabía cuándo firmemente me dijeron que él tenía dinero, pero ahora yo lo tengo de la fuente. Él sólo tenía cincuenta y cuatro dólares, los que gastó viviendo a mis reuniones, incluso cuando no podía gastar un dólar en una niñera, así que te digo que él no tenía; él tiene hoy. Pero tú no necesitas ni siquiera cincuenta y cuatro dólares. Todo lo que necesitas es tiempo y lo tienes, es ahora. Todo lo que necesitas es el pensamiento, eso es dinero. Así que en lugar de gastar ese ahora, y gastar el pensamiento en el ahora, inviértelo ahora, para tu ahora, este preciso momento, mientras estoy parado aquí. Dentro de un rato bajaré de la plataforma y pensarás, bueno, ahora se ha ido, él volverá el próximo año – esto no se ha ido. Lo que estoy haciendo ahora, no va a desaparecer; va a avanzar y encarnarse como una condición, encarnarse como la circunstancia de mi vida. De modo que mis ahora, mis reacciones a lo que estoy escuchando, diciendo y viendo, todas mis reacciones están en el ahora y mis reacciones están deletreando mi mañana.

Así que lo repetiré, a través de la puerta del ahora – porque él dijo: ‘Yo Soy la puerta’, Yo Soy es siempre primera persona presente. No, Yo era la puerta, o Yo seré la puerta; ‘Yo Soy la puerta’; ‘Yo Soy la Resurrección’; por lo tanto, lo que hago en el presente, ahora, no se va a desvanecer, va a avanzar hacia mi futuro, porque a través de la puerta del presente, del ahora, debe pasar todo el tiempo. No lo gastes mientras pasa; inviértelo mientras pasa por la puerta del ahora. Cada momento de tu vida, míralo como un momento positivo, constructivo, noble. Te prometo un futuro maravilloso, saludable y radiante si inviertes el ahora.

Bueno, siendo esta es mi última charla por algún tiempo, me gustaría aprovechar mientras tengo esta oportunidad, porque el teatro Ebell, no puede tomarlos a todos. Aunque espero que muchos de ustedes vengan la próxima semana y hagan una semana realmente maravillosa, fructífera; pero sé que no todos pueden entrar en el Ebell; así que aquí, una señora cuando entré por la puerta me dijo: “Neville, lo dejaste muy claro el viernes por la noche; algo que no había visto antes, porque nos dijiste este año que trajiste una maravillosa revelación y esa es, la gran diferencia entre pensar desde el final y pensar en el final. Porque enfatizaste eso una y otra vez, desde que estuviste aquí esta vez, pero no lo entendí sino hasta el viernes” – Yo le dije: Bueno, ¿cómo lo conseguiste? – Ella respondió: “Tu ilustración del balcón y el escenario”. Bueno, ahora tenemos la misma situación aquí. Tenemos un balcón, también tenemos un escenario. Entonces, si ella aun habiéndolo escuchado tan a menudo no lo entendía, es probable que muchos de ustedes tampoco lo hayan entendido. Ahora ella lo entendió por mi ilustración, así que la repetiré para que todos puedan entenderlo. Yo dije que cuando un hombre aprende el arte de pensar desde el final, ese hombre es dueño de su destino, porque define su final; él formula un objetivo en la vida y luego se siente a sí mismo en la situación de ese final. Así que piensa desde ello, en lugar de pensar en ello. El hombre promedio define sus sueños, pero él permanece de nuevo aquí mirándolos, en lugar de pensar de ellos. El hombre sabio ocupa el estado de sus sueños, entonces él irradia de ello, piensa desde eso.

Y luego, para usar esta pequeña ilustración. Yo estoy parado aquí mirando al auditorio y describiría este teatro desde este ángulo, porque lo estoy viendo desde el escenario. Tú, sentado en el auditorio o sentado en el balcón, lo estás mirando desde ese estado, por lo tanto, verías la pantalla y al orador. Así que la diferencia entre nosotros es que vemos el mismo teatro desde diferentes ángulos. Yo lo definiría desde aquí; tú lo definirías desde allí. Si quisiera tener tu punto de vista, mientras estoy aquí, yo asumo que estoy sentado donde tú estás y, por lo tanto, dentro de mi imaginación, miro desde esa posición. Entonces tendría que ver el escenario, no el auditorio; vería la cosa que está detrás de mí, este ciclorama, y ​​describiría el teatro desde esa posición que asumo que yo estoy. Ahora, si esa posición representa, digamos una de seguridad y esta una de inseguridad, entonces asumiría – estando físicamente aquí – que ahora estoy seguro. Y para demostrar que lo estoy, miraría desde el estado de seguridad, por lo que describiría el mundo en relación con mi asunción. Si todavía estoy viendo lo que veía cuando estaba inseguro, no he logrado ocupar ese final deseado; todavía estoy solamente pensando en el. La gran diferencia entre pensar desde y pensar en, debe ser vista claramente y luego ver la sabiduría de aprender el arte de pensar desde un final deseado.

Entonces, mira tu mundo, formula tus adorables objetivos en la vida y pregúntate a ti mismo: ¿Cómo sería si fuera cierto que ahora encarno ese estado? ¿Cómo me sentiría? Y en respuesta a esa pregunta vendrá un sentimiento, un sentimiento que corresponde a ese final. Aprende entonces a pensar desde ese final, aunque la razón lo niegue, aunque todo lo niegue, tú ocupa ese final. Es ahora, tú estás invirtiendo y esto se volverá real dentro de tu mundo. 

Ahora, otro pensamiento que intenté aclarar -y esto es lo que además me dijo Jimmie Fuller fue una de las claves de su éxito. Cuando la acción del hombre interno corresponde a la acción que el hombre externo debe tomar para calmar su deseo, definitivamente realizará su deseo. Hay dos de nosotros; hay un hombre interno y un hombre externo. El hombre externo está dispuesto siempre a decir: “Yo por mi mismo no puedo hacer nada; el Padre dentro de mí – el interno – él hace las obras. Lo que le veo hacer a él – yo, el externo – también hago”. Así que hay un ‘tú interno’. Si yo ahora me sentara aquí e inmovilizara mi cuerpo, relajándolo y luego imaginando lo que tendría que hacer el hombre externo para aplacar su deseo, relajado, sólo déjame imaginar que  realmente lo estoy haciendo ahora – así que mantengo el cuerpo inmovilizado, pero me imagino que en realidad lo estoy experimentando ahora- yo experimentaría en mi imaginación aquello que tendría que experimentar en la carne para aplacar el deseo, y luego imagino ese estado una y otra y otra vez, de modo que las acciones del hombre interno se correspondan con las acciones que el hombre externo debe tomar para realizar el deseo. Cuando se hace eso, te prometo que será hecho en la carne; ningún poder en el mundo podría detenerlo cuando estas dos acciones coinciden, pero deja que sea siempre desde tu ser interno.

Y ahora al final del silencio esto es lo que hacemos, sabiendo que cada vez que ejercitamos nuestra imaginación amorosamente en nombre de otro, en realidad y literalmente somo mediadores de Dios y el hombre. Así que podemos sentarnos tranquilamente en la oscuridad y simplemente escuchar como si hubiéramos escuchado el buen reporte que queremos escuchar. Miramos en la oscuridad e imaginamos que estamos viendo lo que queremos ver. Esto entonces es invertir estos dos minutos; hemos tomado los momentos que van a componer dos minutos y realmente los estamos invirtiendo ahora. Así que cuando tome la silla y se bajen las luces, veamos y escuchemos como si estuviéramos viendo y escuchando lo que queremos ver y escuchar. Y en realidad estamos cumpliendo el mandato de esa maravillosa voz que habló a mi esposa cuando le dijo: ‘Debes dejar de gastar tu tiempo, tus pensamientos y tu dinero. Porque todo en la vida debe ser una inversión’. Deja que estos dos minutos sean tu mayor inversión.



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