No Tomes el Nombre en Vano

Tu estado individual de conciencia es tu nivel de ser y atrae todos los eventos que encuentras en la vida. Ya que tus reacciones determinan lo que eres, cualquier cambio en tu mundo exterior debe ser producido por tu nivel interno del ser.

En el capítulo 7 del libro de Marcos, se nos dice, “Escuchen y entiendan: Nada que venga de afuera puede contaminar al hombre; sino lo que sale de adentro del hombre es lo que lo contamina. El que tenga oídos para oír, que oiga”.

Ahora, los pensamientos son cosas. Cuando te identificas con un pensamiento, éste se refleja a sí mismo como un acto. Si el pensamiento es desagradable, te contamina. Despierta y selecciona solo los pensamientos que contribuyen al nacimiento de su deseo. Tú debes observar constantemente el lugar en el que habitas, porque donde te encuentras psicológicamente, es lo que eres. Tu estado de ánimo indica tu estado y siempre estás exteriorizando el estado en el cual te encuentras.

Los Upanishads, una clase de tratados védicos que se ocupan de grandes problemas filosóficos, establecen lo siguiente: “El alma, imaginándose en un estado, toma sobre sí los resultados de ese estado. No imaginándose a sí misma dentro del estado, está exenta de sus resultados”. Tu alma es lo que tú consientes. Cuando te sientes en la situación de que tu oración ha sido respondida, tú has entrado en un estado y tu alma tomará sobre si misma los resultados de ese estado. Si no entras en el estado, estás exento de sus hermosos resultados. Acepta una idea como verdadera. Identifícate con ella y se reflejará en tu mundo. Pero si no aceptas el pensamiento y no te identificas con el a través del sentimiento, estás exento de sus resultados. Debes llegar a ser muy selectivo y aprender a no asociarte con pensamientos desagradables. 

En el Libro de Reyes, se nos dice cómo los que entraron en el templo llevaban algo vivo con ellos, como un buey o un novillo. Estos fueron utilizados como holocaustos. Estas ofrendas de sacrificio, son tu cuerpo de sufrimiento. Son los animales que debes ofrecer, llamados quejas. No importa cuál sea la queja, no tienes derecho a llevarla a todas partes contigo, y no puedes ascender en conciencia hasta que todas tus quejas sean lanzadas en el altar y sacrificadas. Sólo cuando las entregues vas a encontrar el agua bendita.

Ahora bien, esta agua bendita no es la variedad de la iglesia, sino el símbolo de los doce aspectos de la mente. Cuando tu mente se limpia de todas sus telarañas (quejas), el recipiente de agua bendita es colocado sobre las espaldas de los bueyes, y tu mente disciplinada te sirve, en lugar de tú servirle a ella.

El toro simboliza la mente en su estado salvaje y debe ser domesticada (lavada en agua bendita y vestida con ropas delicadas). Cuando entras en el Lugar Santísimo solo y te bañas en sus aguas, tu mente se lava de todos los malos pensamientos y se limpia. Comienza ahora a asociar tus pensamientos solo con el bien; entonces lo que sale de tu boca (tu mente) nunca te contaminará.

YO SOY es la autodefinición del infinito. “Ve y diles que ‘Yo Soy’ me ha enviado a ustedes. La consciencia (Yo Soy) es el único poder del universo. Su poder te da vida.

Si tú dices,” Yo Soy enfermizo “, lo eres. Si dices, “Yo Soy Seguro,” lo eres. Si te sientes en un determinado estado, debes tomar los resultados de ese estado mental. Todas las cosas se hacen vivas a partir de un estado mental y sin el estado, nada puede ser hecho, ya que tú solo resucitas el estado desde el cual estás identificado. Dónde estás psicológicamente es lo que eres en realidad. Por lo tanto, si te encuentras sintiendo lástima por ti mismo, detente y comienza a sentirte feliz. Si no lo haces, te identificarás con el estado de la autocompasión y lo reflejarás en el exterior.

“Deja al hombre débil decir: “Yo soy fuerte “. No esperes hasta convertirte en una persona fuerte antes de decir esto. Si te sientes débil en algún sentido, afirma “Yo Soy Fuerte”, y si persistes en esa asunción, se solidificará en un hecho. Nadie debe tomar el nombre del Señor en vano, porque ese nombre es Yo Soy.

El hombre justo ya es consciente de ser la persona que quiere ser. Él nunca comete pecado, sino que se encuentra con el nombre; porque pecar es fallar en alcanzar su estado deseado, y la justicia es alcanzarlo. “Le pondré en lo alto, porque conoce mi nombre.” Asume la conciencia de ser la persona que deseas ser y serás salvado de tu estado actual. Tu hambre individual puede y será satisfecha cuando te encuentres justamente en el estado deseado. Esto se hace a través del acto de sentir. Siéntete feliz y serás consciente de la felicidad. Siente que estás casado y te habrás movido conscientemente al estado del matrimonio. La cosa deseada se debe sentir antes de que seas consciente de poseerla.

Aprende a decir “no” a los pensamientos desagradables en lugar de aceptarlos con pasiva indiferencia, porque un alma debe imaginarse a sí misma en el acto de saborear el fruto del estado en el que actúa. Recuerda, la conciencia por sí sola es la causa del fruto que cosechas y la única explicación para su existencia.

No hay nadie a quien culpar sino a ti mismo por todas las cosas que han sucedido, están sucediendo y te sucederán, ya que no podrían entrar en tu mundo a menos que le dieras tu consentimiento. Comienza ahora a consentir solo bellos pensamientos de deseos cumplidos antes de la confirmación por parte de tus sentidos, y renuncia al instinto animal del sufrimiento y a bañarte a ti mismo en los sentimientos del dolor y la autocompasión.

La lengua psicológica es muy parecida a la física. Si alguien te molesta, apártate y mantén la lengua de tu mente lejos de las llagas de la aversión, porque tus pequeñas conversaciones mentales son los productores de tu futuro. Sacrifica tu cuerpo de sufrimiento abandonándolo y domestica tu mente, porque se nos ha dicho: “Bienaventurados los mansos (domesticados), porque ellos heredarán la tierra.” Vístete de alegría y buenas noticias y entraras en tu lugar santísimo vestidos de tu prenda inmortal de amor.

Hay un ritmo en tu mundo que no se puede escuchar o ver, y tu aura es como la de ningún otro. Un sabueso lo sabe. Si dos olores fueran iguales, ningún sabueso podría encontrarte. Pero tú eres único, único en tu clase con tu propia aura especial irradiando tu nivel de ser. No juzgues las auras por la sencilla razón de que debes ver el aura de otro a través de la tuya, y lo que estás viendo es sólo tu asunción del hombre.

La complacencia es una maldición. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia.” Controla tu imaginación con una atención constante y atrévete a ponerte de pie y ser escuchado. Andrés es el discípulo que simboliza este aspecto de la mente. Presta atención a tus pensamientos y disciplínalos de modo que fluyan desde el sentimiento de tu deseo cumplido, porque tú no estás despierto hasta que lo externo se vuelve apacible y lo interno dinámico.

No intentes razonar con alguien sobre su miseria. Se nos dice que, “Deja que el impuro siga siendo impuro; ¿qué es eso para ti? Tú sígueme”. Al hombre se da el poder del “Yo” para pensar, y a todos se les permite pensar por sí mismo.

Todas las cosas, cuando son admitidas en la conciencia, son manifestadas, ya sean buenas, malas o indiferentes. Atrévete a pararte por ti mismo con esta enseñanza y nunca volverás a sentir la necesidad de justificar el fracaso.


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